¿SE NACE SIENDO EMPRENDEDOR?

Tomando prestada una frase hecha muy antigua, son muchas las personas vinculadas al mundo empresarial que se hacen la siguiente pregunta, ¿emprendedor se hace o se nace?, para dar respuesta se han realizado muchos estudios, unos más concluyentes que otros.

El espíritu emprendedor es reconocido como un elemento vital para el desarrollo económico y un motor para el crecimiento y la diversidad del sector privado. Desempeña un papel importante en la contribución a la formación del capital, la creación de oportunidades de empleo, la reducción de la concentración de los poderes económicos, impulsa la creación y distribución de riqueza, y promueve el crecimiento económico en general.

No existe gran talento, sin gran voluntad, hay muchos jóvenes motivados y con talento y excelentes ideas, pero, ¿cómo transformarlas en negocios? ¿por dónde empezar? ¿cómo conseguir el éxito? ¿cómo evitar los errores más comunes?. Sin embargo, ¿que hace que algunas personas sean emprendedores y otras no? !que algunos apuesten por un negocio propio o una pequeña empresa! !ver oportunidades y negocios donde otros no vieron nada! !arriesgar todo por un sueño, una meta, una ilusión!, como dice el refrán "quien no arriesga no gana", buen leitmotiv para todo emprendedor que se precie.

Existen muchas teorías acerca de si se nace o se hace, es posible que sea un poco de los primero y mucho de lo segundo. Es decir, el emprendedor puede nacer con algunas cualidades y capacidades personales que lo ayuden en los emprendimientos que realice, pero es más seguro que pueda aprender a emprender si eso es lo que busca para su vida y futuro.

Muchos países avanzan hacia economías orientadas a las empresas, existe una necesidad urgente de fomentar y apoyar el espíritu emprendedor en una generación de jóvenes que tienen el conocimiento y la cultura para aprovechar la riqueza de oportunidades en el futuro. Esto requiere trabajar por un cambio de mentalidad, e implica animar a estas personas innovadoras dispuestas a asumir riesgos, estos son los verdaderos empresarios.

El papel de la educación en la preparación de una nueva generación de empresarios es la clave. La universidad debe reducir la brecha entre el aula y la sala de juntas a través de programas prácticos que desarrollan las habilidades críticas para la creación de empresas, la toma de decisiones y la gestión de riesgos.

Para lograr el éxito empresarial deben coincidir varios factores como son el corazón, las agallas, la inteligencia y la suerte. Las agallas pueden frenar o encaminar un proyecto emprendedor, ya que se necesita mucha valentía para emprender algo nuevo, y existen preocupaciones de diversos tipos que pueden frenar una iniciativa, si se tiene el coraje necesario, se podrá perseverar aún cuando las cosas se vayan poniendo difíciles o no salgan como uno espera. Incluso la suerte se puede educar, siendo humilde y abierto, teniendo la actitud correcta y construyendo una red de relaciones interpersonales honestas y leales. El corazón en cambio es el lugar de inicio de todo emprendimiento, es el deseo de cumplir metas o derribar barreras.

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