martes, 25 de abril de 2017

LA LEY DE LOS DOS MINUTOS

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Existen muchos motivos por los que se procastina, es decir, se posponen tareas. Puede ser por perfeccionismo excesivo, indecisión, falta de interés, bloqueo emocional, pero muchas veces es una simple cuestión de hábitos, por lo que, conocer estrategias sencillas para cambiarlos puede ser enormemente útil para mejorar la calidad de vida. Una de las mejores técnicas de gestión del tiempo por su simplicidad adicionada a su enorme beneficios es la Regla de los 2 minutos.

Si puedes hacer una tarea pendiente en menos de dos minutos, hazla, incluso si no es de alta prioridad o si podrías delegarla. Si con esa acción no completas el resultado, identifica la siguiente acción y procésala siguiendo el mismo criterio. Si necesita menos de dos minutos, hazla; si no, aplazala o delegala.

El razonamiento que existe detrás de esta regla es el corazón mismo del conocido sistema GTD, el cual se fundamenta en sacar de nuestra cabeza todo lo que podamos y archivarlo en carpetas y lista, de forma que nosotros solo debemos emplear nuestra energía en almacenar, procesar y ejecutar de forma ordenada.

Sin embargo, esta gestión de la tarea también tiene un coste de tiempo, no mucho pero algo de tiempo nos roba. Y si la tarea en sí nos va a tomar menos de dos minutos, perdemos más tiempo en procesarla que en ejecutarla, algo ilógico y definitivamente ineficiente, por lo que, lo mejor es acometerla cuanto antes.

Otra posible argumentación es que al emplear menos de dos minutos, no terminamos de perder completamente el hilo con lo que estábamos haciendo y nuestra curva de concentración no se resiente. Teniendo en cuenta que mantener un estado de concentración óptimo es la puerta hacia la productividad máxima.

Aunque se trate de una regla muy fácil de entender y muy sencilla de aplicar requiere un poco de práctica. Es importante que empleeemos correctamente nuestro criterio para calibrar la magnitud de la tarea. Dos minutos significan estrictamente dos minutos, ni quince ni cincuenta. Si una tarea nos va a tomar cinco minutos deberá ir a nuestra lista de próximas acciones y esperar su turno.

En definitiva, si hacer la tarea te va a llevar menos tiempo que procesarla, organizarla en tus lista y hacer el seguimiento oportuno, es mucho más eficiente hacerla en el momento en que cae en tus manos por primera vez. Esta regla puede mejorar muchísimo tu productividad, haciendo que tus proyectos avencen sin cesar y evitando que muchas pequeñas cosas lleguen a sobrecargar tu sistema.

¿Todas nuestra metas pueden alcanzarse en menos de dos minutos? Evidentemente no. Pero todas las metas o sueños pueden iniciarse en dos minutos o menos, este es el principal propósito detrás de esta regla. Funciona igual para las grandes metas y para las pequeñas debido a la inercia de la vida, una vez que empiezas ha hacer algo, es más fácil continuar haciendolo.

No se trata de los resultados que quieres alcanzar, sino del proceso de realmente hacer el trabajo. Funciona en las personas que creen que el sistema es más importante que el objetivo, el enfoque está en actuar y dejar que las cosas fluyan a partir de ello.

No te puedo garantizar que te funcione a ti, lo que te puedo garantizar que no funcionará si no lo intentas. ¿Hay algo que puedas hacer o iniciar en menos de dos minutos? !a que esperas, hazlo!

https://simpleyproductivo.wordpress.com/2011/02/13/la-ley-de-los-2-minutos/

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