Hoy en día, cuando los seleccionadores de cualquier empresa analizan perfiles para ocupar una vacante, no se fijan únicamente en la formación o la experiencia profesional de esa persona, el carácter también es uno de los puntos más relevantes.
Y es que, contar con personas que sean capaces
de mantener la calma en momentos donde se presentan contratiempos, no solo
proporciona seguridad a la organización, mejora el clima laboral y aporta
equilibrio interno.
Pero todos sentimos ira en momentos en los
cuales los niveles de estrés son altísimos, o simplemente ocurre algo
insignificante pero que desborda nuestro vaso de emociones y nos hace estallar.
Es muy importante, sobre todo en el terreno
laboral, saber canalizar emociones como la desesperación o la ira. El mostrar
frecuentemente este tipo de reacciones no solamente pueden bloquear a la
persona o impedirle conseguir sus objetivos dentro del ejercicio de su
actividad, también empeora las relaciones con los compañeros y los mandos y
contamina el ambiente laboral en general, pues estas emociones suelen ser
pegadizas. Sentir ira de manera frecuente, también nos puede llevar a sufrir alteraciones
de la salud como problemas cardiacos o incluso depresiones.
Según psiquiatras y psicólogos, la ira es una
emoción totalmente natural que todos experimentamos en momentos de nuestras
vidas. Es una reacción de protección ante una situación de amenaza. Por lo
tanto, no es bueno evitarla ni reprimirla, simplemente debemos buscar mecanismos
para liberarla en situaciones y momentos adecuados, para mantener el equilibrio
y que esta tenga una utilidad tanto para la persona como para la empresa.
Para que la liberación de estas emociones no
perjudique a nadie, es importante mantener una buena comunicación. La mayoría
de las discusiones que aparecen tanto en el terreno laboral, como en la vida
cotidiana vienen dadas por malentendidos no esclarecidos o alargados en el
tiempo. Por lo tanto, realizar actividades con los compañeros en ambientes
distintos al laboral, donde deban cooperar para lograr un objetivo común, reforzará
las relaciones y la confianza en los compañeros.
Reunirse frecuentemente con los compañeros de
sección y mandos es otra de las herramientas que puede ayudar a los miembros de
la organización a gestionar estas emociones. Aprovechar las reuniones no solo
para informar de los próximos objetivos o “llamar la atención” sobre cosas que
no se han hecho bien. Las reuniones deberían ser espacios abiertos donde se
fomente la participación de los empleados y se les anime a sugerir propuestas,
cambios o a comentar situaciones que no se han llevado como se debería. El
ambiente de estas debe ser distendido e informal, sin presiones la información fluirá
mejor. Proporcionar sesiones psicológicas a los empleados que crean necesario
su uso a causa de situaciones de estrés en el trabajo, también es una
herramienta válida en estos casos. También suelen ser muy válidas en estos
casos las actividades como el yoga, la música o las sesiones de risoterapia.
En definitiva, gestionar las emociones no es
algo complicado y difícil de llevar a cabo. Solo debemos ser constantes y
cuidar las relaciones laborales para sentirnos bien y así ser más eficientes.
Fuentes: Psiconet, El Confidencial, Expansión
Fuentes: Psiconet, El Confidencial, Expansión
Una entrada realmente interesante, es importante saber gestionar nuestras emociones en el ámbito laboral ya que en algunas ocasiones esto podria conllevar a malas relaciones con nuestros compañeros. un saludo
ResponderEliminarEste post es verdaderamente interesante y a la vez de gran importancia, hoy en día las empresas solo buscan la gestión de las personas como recurso humano para realizar un trabajo a cambio de una remuneración, en mi opinión es de gran importancia por no decir vital la gestión de las emociones negativas que puede acarrear el trabajo como consecuencia de factores derivados del estrés o la falta de comodidad en el puesto.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la orientación que se ha dado en esta entrada a la verdadera gestión que se debe realizar en las organizaciones que es la gestión de las emociones de los trabajadores.